Santo Domingo RD.-  “Económicamente me las he visto muy duras. A veces siento el agua hasta el cuello, es una situación muy difícil. La vida de un actor es así. Si trabajas, puedes darte tus gustos; si no, te olvidas de todo. Habría que preguntarle a los directivos de Televisa por qué me tienen castigado. Hace 2 años hablé con uno, me prometió que todo se arreglaría, pero sigo esperando. La primera vez tuve que esperar 9 años. Ahora, no sé cuánto tiempo más. Desafortunadamente, ellos son los dueños del balón y no hay nada que pueda hacer. La actuación es mi vida. Me encantaría volver, aunque sea en otra televisora. Hace años participé en la novela Perla, de TV Azteca, pero no me han llamado más...”
 
Así hablaba con tristeza y desesperación Jorge Lavat (QEPD) en 2004. Un hombre que alguna vez fue uno de los rostros más queridos de la Tv mexicana, pero que entonces atravesaba por una dolorosa etapa de silencio, olvido y carencias.
 
Aquel veto de Televisa lo había dejado prácticamente fuera del medio, y TV Azteca ya casi no lo consideraba. Su economía se había desplomado, mientras su hija Adriana Lavat, entonces casada con el exitoso futbolista Rafa Márquez, viajaba por el mundo y disfrutaba de lujos inimaginables.
 
—¿No le ha pedido ayuda a su hija? 
 
“Absolutamente no. Ya somos adultos, cada quien con sus compromisos. Mis hijos hicieron su propio camino, y yo el mío. Vivo con mi esposa, quien siempre ha estado conmigo en las buenas y en las malas.”
 
—¿Y no ha pensado en tocar puertas, pedir una oportunidad?
 
“No lo he considerado, ¡yo no ando por la vida como un muerto de hambre! ¡Primero muerto que perder mi dignidad!”
 
Y con una mezcla de orgullo y tristeza, finalizaba con una frase que hoy estremece:
 
 “Nunca pensé que así terminaría mi carrera. Más aún cuando el Señor Azcárraga me dijo antes de morir: ‘Eres el mejor actor que tiene la empresa.’ Y mira cómo terminé… ¡De nada me valió!”
 
Fueron largos 8 años (del 2002 al 2010) antes de que Jorge Lavat regresara a la Tv con un pequeño papel en Eva Luna, de Venevisión. Aquel sería su último trabajo.
 
Falleció el 14 de septiembre de 2011, víctima de una infección en la columna vertebral. Su cuerpo fue cremado y sus cenizas descansan junto a las de su madre.
 
Y así se apagó un hombre que lo dio todo por el arte y que, aun en el olvido, jamás perdió su dignidad...