Los Angeles.- La denuncia presentada por la familia de un adolescente de 13 años que sufría de cáncer y había sido hospedado en la mansión Neverland, dio inicio a uno de los juicios más mediáticos de la historia del espectáculo.
Acusado de abuso sexual infantil, Michael Jackson enfrentó un proceso judicial en 2005 que, junto con las denuncias posteriores, dejó una marca indeleble tanto en su carrera artística como en su imagen pública.
Durante cuatro meses, entre febrero y junio de ese año, el Rey del Pop enfrentó diez cargos penales —entre ellos, abuso sexual, suministro de alcohol a menores y conspiración— en un tribunal de Santa María, California. En su entrada, estuvieron apostadas las cámaras de todos los medios que transmitían cada jornada del proceso, en una escena que parecía sacada de un guion de Hollywood: la estrella, con décadas de trayectoria, desfilando en traje y lentes oscuros frente a la prensa, mientras el mundo esperaba un veredicto.
El juicio terminó el 13 de junio de 2005. El veredicto unánime lo absolvió de todos los cargos, pero el artista nunca pudo recuperar su imagen. La maquinaria judicial se detuvo, pero la percepción pública cambió para siempre. Desde entonces, Jackson nunca volvió a ser el mismo.
El inicio de la causa
En febrero de 2003, el canal británico ITV emitió el documental Living with Michael Jackson, conducido por el periodista Martin Bashir. En las imágenes se veía a Jackson tomado de la mano con Gavin Arvizo, el adolescente de 13 años diagnosticado con cáncer. Allí, el músico afirmaba que compartir la cama con niños era “un acto de amor y no de abuso”. Esa escena no tardó en generar una reacción pública inmediata y encendió las alarmas de las autoridades en California. En noviembre de ese mismo año, la fiscalía de Santa Barbara allanó la mansión Neverland, detuvo a Jackson y presentó una acusación formal en contra del cantante.
Diez años antes, en 1993, el fiscal Tom Sneddon, ya había intentado llevarlo a juicio por una denuncia similar que terminó con un acuerdo extrajudicial. Ahora le tocaba la revancha encabezando el nuevo proceso judicial. El chico y su familia afirmaron que el artista había abusado sexualmente del menor en varias ocasiones. Esa acusación incluyó cargos por abuso sexual agravado, suministro de alcohol a menores y conspiración para mantener a la familia cautiva en Neverland, llamada así en honor al personaje Peter Pan, el niño que nunca creció.
Michael Jackson al llegar a una jornada del juicio en su contra, el 3 de junio de 2005, en el juzgado de Santa Bárbara (EFE / Connie Aramaki)
El juicio comenzó el 28 de febrero de 2005 en la ciudad de Santa María, California, y se extendió durante casi cuatro meses. A cada audiencia —cuya entrada se transformó en un espectáculo mediático que condensaba el drama judicial, el ocaso del artista y la presencia constante de fanáticos— Jackson llegaba vestido con sus habituales trajes llamativos. Escoltado por admiradores y rodeado de cámaras, ingresaba al tribunal en una escena que resumía la fusión entre farándula y proceso legal que caracterizó todo el juicio en el que el artista enfrentaba diez cargos penales y cuatro cargos menores.
Durante el proceso penal, la fiscalía presentó a decenas de testigos, entre ellos ex empleados de Neverland, miembros de la familia Arvizo y otros jóvenes que habían tenido contacto con el cantante. La defensa, liderada por el abogado Thomas Mesereau, argumentó que los denunciantes eran oportunistas con antecedentes de falsos reclamos, e hizo hincapié en inconsistencias del relato de Gavin. También se señaló que el documental había sido editado de forma sesgada.
Como era de esperarse, el juicio fue seguido por los ojos de todo el mundo. Los medios más importantes trasmitían en vivo desde el lugar, contaban detalles, buscaban testigos y se sumaban a los debates. Fue tal la atención pública que tuvo que se lo denominó el “juicio del siglo”.
Cientos de fans esperaban la sentencia en el juicio contra el ídolo (Reuters)
La absolución, un veredicto que no sanó su imagen
“¡Gracias a todos! La prensa ha sido injusta y ha llevado a cabo un juicio paralelo contra Michael, pero las opiniones creo que deberían limitarse al interior de los juzgados”, dijo Debra Opri, abogada del cantante, tras conocerse la absolución.
El 13 de junio de 2005, tras poco más de una semana de deliberaciones, el jurado popular compuesto por ocho mujeres y cuatro hombres declaró a Michael Jackson no culpable de todos los cargos. Fue una victoria legal completa para el artista que, al momento de escuchar el veredicto, permaneció sentado, con expresión contenida aunque emocionado, acompañado por sus padres y otros familiares. Algunos de sus hermanos y miembros de su equipo sí se mostraron conmovidos hasta las lágrimas. Sin embargo, la resolución no fue suficiente para revertir el daño a su reputación. La opinión pública se mantuvo dividida: mientras sus seguidores celebraron el veredicto como una reivindicación, otros consideraron que Jackson había eludido una condena gracias a su fama y a sus recursos económicos.
La decisión del jurado fue unánime en todos los puntos. Jackson fue absuelto de los 14 cargos que enfrentaba, incluidos los diez cargos penales principales por abuso, suministro de alcohol y conspiración, así como los cuatro cargos menores vinculados al suministro indebido de alcohol a un menor. La unanimidad del jurado reforzó la contundencia legal del fallo, aunque no logró disipar las sospechas instaladas en la sociedad.
Neverland, la mansión en la que vivió Michael Jackson. Ese lugar fue el señalado como el escenario donde cometió los abusos (JPRUbio)
En los debates televisivos se recordó en varias ocasiones que el cantante había llegado a un acuerdo extrajudicial por más de 20 millones de dólares con la familia de Jordan Chandler, un menor que también lo había acusado de abuso sexual. Aunque aquel caso no llegó a juicio penal, el antecedente colaboró para alimentar la idea de que el poder económico de Jackson influía decisivamente en los procesos judiciales que lo involucraban, según dio cuenta el diario The New York Times.
Y durante el juicio, la credibilidad de la familia Arvizo —en especial de Janet Arvizo, madre de Gavin— fue severamente cuestionada por la defensa. El equipo legal del cantante presentó evidencia de que la familia había realizado anteriormente acusaciones falsas y había intentado obtener beneficios económicos de otras figuras públicas. Aunque los Arvizo no enfrentaron consecuencias penales tras la absolución del artista, su testimonio quedó debilitado ante la opinión pública y generó dudas sobre sus motivaciones. La fiscalía, por su parte, fue criticada por haber impulsado el caso sin pruebas concluyentes y con un testigo cuya historia presentaba inconsistencias.
Aunque el veredicto fue recibido con alivio en el entorno de Jackson, su efecto fue limitado. El artista había quedado marcado por el estigma, y su presencia en los medios pasó a ser sinónimo de controversia: las acusaciones pasadas y presentes se convirtieron en una sombra permanente.
Michael Jackson durante los ensayos de la gira "This Is It" en 2009, en el escenario del Staples Center de Los Ángeles. La serie de 50 conciertos estaba programada para comenzar el 13 de julio, en Londres, pero murió 18 días antes del debut
Tras el juicio, el niño prodigio que enamoró al mundo desde la primera vez que cantó en The Jackson 5, abandonó temporalmente Estados Unidos y se instaló en Bahréin, un país que abarca más de treinta islas en el golfo Pérsico. Luego pasó por Irlanda y regresó a California en 2007. Durante ese período no publicó nuevo material discográfico ni realizó giras. Su carrera quedó congelada y su situación financiera se tornó crítica.
Jackson nunca volvió a residir de forma permanente en Neverland. Declaró que la mansión había dejado de ser “un lugar seguro y familiar”, y años más tarde decidió venderlo. En Bahréin, vivió como huésped del príncipe Salman bin Hamad Al Khalifa, manteniendo un perfil bajo y alejado del foco mediático.
Aunque planificó su regreso con la gira This Is It, el juicio había dejado secuelas irreversibles. Su salud comenzó a deteriorarse, sus apariciones públicas fueron esporádicas y su vínculo con la industria quedó marcado por la desconfianza. En 2009, anunció una serie de conciertos en Londres que marcarían su regreso a los escenarios. Pero no pudo completarlo: el 25 de junio de ese año, falleció a los 50 años por una sobredosis de propofol administrado por su médico personal. Su muerte conmocionó al mundo e inició una rehabilitación póstuma de su figura, aunque sin borrar las controversias a la que lo llevó el juicio.
Acusaciones póstumas y la condena social persistente
A diez años de su muerte, en 2019, el documental Leaving Neverland, dirigido por Dan Reed y producido por la cadena HBO, reactivó el debate sobre las denuncias contra Michael Jackson. Wade Robson y James Safechuck, dos hombres que durante su infancia habían negado haber sido abusados por el artista, relataron con detalle los presuntos episodios de abuso sexual que, según afirman, ocurrieron en Neverland cuando eran menores.
Sus testimonios generaron una fuerte crítica: hubo quienes los cuestionaron por inconsistencias previas y alegaron que lo denunciaban por motivos económicos; otros consideraron creíbles sus relatos y los reconocieron como víctimas.
El impacto del documental fue inmediato. Algunas emisoras radiales en Canadá, Australia y Nueva Zelanda dejaron de emitir la música de Jackson, y plataformas como MTV y la BBC revisaron su programación. Eso reabrió el debate público sobre la necesidad de separar o no la obra del artista y su vida personal, un dilema que atravesó tanto al público como a la industria cultural.
En el “mientras tanto”, Robson y Safechuck presentaron demandas civiles contra las empresas MJJ Productions y MJJ Ventures, argumentando que las compañías (creadas por el propio Jackson), habían facilitado el acceso a los menores y no que protegieron su integridad. Aunque ambas demandas fueron desestimadas en instancias iniciales, en agosto de 2023 una corte de apelaciones de California revocó esas decisiones y permitió que ambos casos avancen hacia juicio. El tribunal consideró que las compañías podrían tener responsabilidad en su rol de organización.
Aunque Michael Jackson fue exonerado por el sistema judicial en 2005, nunca fue plenamente absuelto por la opinión pública. Todas las denuncias e historia de las victimas pusieron a consideración las tensiones existentes entre admirar a una figura artística sin precedentes y la necesidad de escuchar y validar denuncias de abuso