Santo Domingo RD.- Un trabajo de cine cuyo casting terminó siendo muy distinto a cómo lo había planeado en un origen el gran Billy Wilder. Él pensó en Elizabeth Taylor para interpretar a Irma, sin embargo, no quiso aguantar los rifirrafes en la relación sentimental de aquel momento de ella con Richard Burton.
Más tarde, y tras el éxito de la desternillante comedia “Con faldas y a lo loco”, se le pasó por la mente la opción de Marilyn Monroe, pero desafortunadamente, ella murió antes de comenzar el rodaje. No pudo ser. Al final, Wilder ofreció el papel a Shirley MacLaine, con quien Wilder ya había trabajado en la comedia “El Apartamento”.
Ella aceptó a la primera el guion, sin leerlo, expresando que creía en el talento de Wilder y en el de quien, de nuevo, sería su compañero de reparto Jack Lemmon.
MacLaine jamás se sintió satisfecha con su interpretación, sorprendiéndose mucho cuando recibió la nominación a una estatuilla dorada en la categoría de mejor actriz por este trabajo precisamente. Cosas que pasan.
“Irma la Dulce” (‘Irma la Douce’) fue un resultado final perfecto de Wilder, tras todas y cada una de sus decisiones.