Acaba de concluir una batalla legal que se prolongó por más ocho años

Corte Suprema concluye que Gustavo Bolívar no plagió la telenovela ‘El precio del silencio’

Publicada el: 03 de Abril del 2020, 5:46:57 pm

México . La Sala de Instrucción decidió precluir la investigación que cursaba en contra del reconocido congresista y escritor. Un ciudadano lo acusaba de haber copiado la obra 'El Precio del Silencio', producida por RCN y vendida a más de 20 canales del mundo.
 
Acaba de concluir una batalla legal que se prolongó por más ocho años. Se trata de la denuncia penal interpuesta por Bernardo Rivillas contra el libretista y senador Gustavo Bolívar, a quien señalaba de haber usurpado textos suyos para crear la exitosa telenovela El precio del silencio.


La telenovela fue protagonizada por Carolina Sandino y producida por RCN Televisión en 2002. Desde entonces ha sido vendida a una veintena de países. Según la denuncia contra Bolívar el valor de la producción podría ascender a 2 millones de dólares.


La denuncia planteaba que antes de que Bolívar concibiera esa historia Rivillas le presentó a varias firmas productoras –incluyendo a RCN– la propuesta de una producción titulada Cuerpos Prisioneros para lo cual aportó la idea general y los libretos de varios episodios. Rivillas señala que el canal mostró interés pero que al final no se concretó ningún negocio.


Sin embargo, argumenta el denunciante, que tiempo después supo del proyecto titulado El precio del silencio de autoría de Gustavo Bolívar y en el cual observó semejanzas que lo llevaron a concluir que el hoy senador se habría basado en su trabajo para escribir esa historia: «muy probablemente el señor Gustavo Bolívar Moreno se basó para escribir su obra El precio del silencio en la sinopsis y en los 10 libretos que entregó mi poderdante a Producciones Telecolombia, en connivencia con Samuel Duque, Presidente de Producciones Telecolombia, quien seguramente habría tenido acceso a la obra inédita Cuerpos Prisioneros por su posición jerárquica dentro de la empresa y le habría facilitado los libretos al senador Bolívar Moreno para que elaborara su telenovela", argumentaba el abogado de Rivillas.


Y frente a las similitudes de los trabajos la defensa de Rivillas señala que: hay muchos elementos en común y, a veces, la única diferencia es el nombre nombre con que se le denomina a determinada situación dentro de las obras. A modo de ejemplo indica que él habla señala que mientras que Rivillas habla del ‘estado de coma’ de uno de los protagonistas, el señor Bolívar "habla de ‘estado vegetativo’ que médicamente es lo mismo. Y mientras los protagonistas de la historia de Rivillas son un matrimonio que está a punto de separarse y una enfermera mona; los protagonistas de la historia escrita por Bolívar "son una pareja de novios que están a punto de casarse y una enfermera mona".


Pero la Sala de Instrucción de la Corte Suprema, luego de analizar los argumentos y las evidencias de lado y lado, y después de escuchar a peritos expertos, llegó a la conclusión de que lo que plantea Rivillas no tiene sustento. "No hay prueba alguna que muestre, siquiera sumariamente, que Gustavo Bolívar Moreno haya tenido acceso a la obra de Bernardo Rivillas Martínez", dice un aparte del veredicto.


La decisión señala que en el expediente quedó plenamente acreditado que el denunciante escribió la obra Cuerpos Prisioneros, que la registró en debida forma y que la ofreció a varios canales y programadoras pero igualmente "es indudable el hecho de que Gustavo Bolívar Moreno escribió El Precio del Silencio para la programadora Telecolombia, que a su vez la dio al Canal RCN para su eventual transmisión pública".


Y respecto a las coincidencias en ciertos elementos la corte señala que de ahí "no se sigue inexorablemente que haya habido un plagio, en cuanto existe una gama extensa de posibilidades que podrían provocar una mera coincidencia, especialmente cuando se trata de obras artísticas que siguen pautas estandarizadas".


En este punto el tribunal trae a consideración el concepto del perito Jörg Hiller García, cuya experticia ilustró a los magistrados. "En sus palabras, las tramas de las dos obras en cuestión son diferentes en su objeto y desarrollo, son de géneros distintos y, si bien coinciden en circunstancias plenamente accidentales, como ocurrir en el universo hospitalario, y recurren a manidos recursos dramatúrgicos como el estado comatoso de uno de los protagonistas, no se trata sino de meros lugares comunes del universo literario de las telenovelas y los seriados televisivos de nuestro medio".


 
 



 


 
 


 
 


 
 


 

 

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