Islas Canarias, ESPAÑA.- Rosana es alegría, por lo cuatro costados, por todos los poros de su cuerpo...La risa viste sus palabras, las endulza, las abraza, las enamora... Pero, a la vez, es una trabajadora incansable, seria, firme y coherente. En pleno proceso de creación de su próximo álbum, la artista canaria actuará en la capital foral por una causa ya casi olvidada, los damnificados por el terremoto en Haití.



-De nuevo Pamplona se viste de alegría con la visita de Rosana, que en esta ocasión actuará en Baluarte, tras haber pasado ya por Anaitasuna, Gayarre y plaza de toros...



-En esta ocasión vamos a Baluarte porque es el escenario desde el que nos reclamaron para hacer una actuación especial para Haití.



-Precisamente, tras los últimos sucesos mundiales, y la mala memoria de esta sociedad, los damnificados por el terremoto en Haití ha sido relegados a un ostracismo casi absoluto...



-Y por eso ahora es cuando hay que estar... Al final te das cuenta que el primer impacto de la noticia es el más fuerte y, posteriormente, que es cuando más hace falta, es cuando a todos se nos va olvidando un poco más. Y, precisamente, porque es algo que ya no está tan presente es cuando hay que estar más atentos con Haití, con Japón y con un montón de sitios.



-Da la impresión de que los conciertos benéficos se tendrían que multiplicar.



-Pues no te creas, quizá eso es lo que hay que empezar a hacer, porque cuando uno empieza a mirar a un montón de lados de este mundo, se encuentra con un montón de gente pasándolo mal, y eso te hace plantearte si no debiéramos empezar a hacer algo más serio y continuo al respecto.



-Este es un formato en el que aparezco a guitarra y voz, y para el que utilizo siempre la misma escenografía: un sofá, una mesa y una lámpara. Habitualmente, sobre la mesa colocamos un foto del público que nos acompañó en el concierto anterior, algo que en esta ocasión no sucederá porque no hay concierto anterior (risas).



-Creo que así va a ser (risas). De momento estoy trabajando en el repertorio y en el concepto del disco, en lo que me suena en la cabeza y en lo que me piden las canciones. Musicalmente tiene mucho que ver con el disco anterior, aunque también supone una nueva vuelta de rosca, pero siempre dentro de mi estilo; yo canto como canto, y compongo como compongo. En mi carrera, creo que hubo un primer y un segundo disco que tuvieron mucho que ver (Lunas rotas y Luna nueva), que eran muy latinos de concepto. El tercero (Rosana) creo que marcó un antes y un después, con aquel Pa ti no estoy. En el cuarto (Magia) estuvimos moderaditos (risas), y en A las buenas y a las malas se pudo vislumbrar ya lo que viene ahora.



-Vamos, que no nos queda otra que sentarnos a esperar con los oídos bien abiertos...



-Creo que hay que escuchar lo que viene porque, en general, serán melodías mucho más pop rock; de hecho no hay un solo bolero, de momento... Lo más latino que hay soy yo (risas). Digamos que es un rock no heavy, pero sí rock...



-Es que la sorpresa sería más que mayúscula si Rosana compusiera un disco heavy...



-Pues no debería extrañarte (risas). De las cosas que más me molan es la música heavy, ya que, para empezar, no hay baladas en el mundo como las heavies. En este sentido, la sonoridad del nuevo disco será más rockera al estar marcada por unos acordes más abiertos... El sonido será más grande pero sin necesidad de contar con miles de pistas; de hecho, habrá pocas pistas pero con un sonido muy ancho.



-En estos momentos te encuentras en ese tiempo en el que el artista crea, compone o imagina su nuevo trabajo, una parte de vuestro trabajo que quizá sea la más desconocido para el gran público pero que, sin embargo, es el más importante para vosotros. ¿Cómo lo vive Rosana?



-No solo es la más desconocido sino también la más absolutamente intensa. Una vez que está hecho el disco, ya está hecho todo, porque todo lo demás es un trabajo más físico, más de escenario y que tiene una emotividad diferente que estás elaborando sobre algo que ya existe. Lo de ahora es duro... y difícil de entender porque es una de las cosas más bonitas que tiene la música pero también una de las más desconocidas, ya que habitualmente se cree que componer es igual a sentarse y que las canciones salgan como churros. Pero no es así, es al revés, ya que son momentos en los que te encuentras sola contigo misma, tienes que crear de la nada, contar lo que quieres contar y de la manera que lo quieres contar... Pero todavía no tengo claro qué es lo que deseo contar (risas), es como sacar de cero. Cuando haces una comida, sabes los ingredientes que necesitas para hacerla, pero cuando haces una canción se dan días de impotencia porque no sale lo que tiene que salir y, aunque tienes claro lo que quieres decir, no sabes como plasmarlo. Pero, por otra parte, también se dan días maravillosos, en los que te encuentras con que has hecho un canción y solo tienes ganas de ensañarla y compartirla con la gente. Digamos que se dan días muy extremos; la sala de partos es muy dura.



-Muy dura, ¿porque las canciones son el reflejo del instante vital que sufre o disfruta en el artista en ese momento, que será el que luego transmita al público?



-Claro. Por ejemplo, mucha gente me pregunta por qué no saco las canciones que compuse para el disco anterior y que no usé. Pues muy fácil, porque no sería verdad. Si yo te doy una canción que hice hace cinco años, no niego que pueda ser mejor, peor o regular, pero se corresponde con un momento que nada tiene que ver con el que estoy pasando. Y, para mí, todo pasa por darle a la gente la verdad sobre lo que estoy sintiendo en este momento, no por darle un disco con canciones o compartirlas con ellos... Si fuera así, cuento con más de 300 canciones escritas, con lo que haría un disco todos los años. No se trata de eso, mi decisión ha sido siempre que lo que le dé a la gente en el disco tenga mucho que ver con lo que siento, pienso y me pasa en este momento. Y esto es difícil... Imagínate un lugar físico en el planeta, en el que te subieras, te quitaras la ropa y te pudiera ver todo el mundo. Esa es la sensación, es como quedarte en pelotas delante de todo el mundo y decir: "Venga, aquí estoy, a descojonarse" (risas). Es un poco esta historia pero en emotivo y en bonito. En estos momentos, la música la comparo mucho con el deporte, con esos deportistas que en los entrenamientos no hacen el tiempo que debieran hacer y se preguntan, por ejemplo, si es que no se les habrá olvidado nadar (risas). Pero al día siguiente lo hacen en la mitad y entonces dicen: "No solo no se me ha olvidado sino que soy la hostia" (risas). Es una mezcla brutal.



-Ahora estoy concentrada al 100% en las canciones; una vez que las tenga, ya se harán los planteamientos. Pero sí es verdad que vivimos un momento en el que se están haciendo y pasando muchas cosas, y eso es así por que es el momento de inventar. Muy contrariamente a lo que piensa mucha gente, a mí, estos tiempos me ponen... Es un tiempo bonito en el que se pueden hacer muchas cosas diferentes, ya que no hay un solo modelo o camino; al final, de lo que se trata es de compartir canciones con la gente, y para eso hay millones de opciones. Por lo tanto, cualquiera de los caminos que uno sienta que debe escoger para llegar a la gente será bueno si está basado, precisamente, en eso, en compartir música.

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Victor Inoa