Editorial

Las acciones de un senador

El senador Alejandro Willians, representante ante la Cámara Alta del Congreso de la República Dominicana por el gobernante Partido de la Liberación Dominicana, ha escandalizado a la sociedad con dos situaciones en las cuales se ha visto envuelto.

Aunque en su natal San Pedro de Macoris ya era vox populix la condicion de ausente de Willians, lo mismo que en las sesiones del Senado de la República, no fue sino cuando salió a la luz pública una supuesta investigación que llevaba a cabo la jusiticia norteamericana sobre las actividades profesionales de este y un posible fraude al Medicaid de ese país que se convirtió en piedra de escándalao.

Al surgir los rumores surgió tambien la preocupación sobre las andanzas del legislador llegando al punto de ser llamado por los miembros de la Cámara Alta para ser cuestionado sobre el particular.

Lo propio sucedió en el Comite Politico de su organización el Partido de la Liberación Dominicana, en ambos casos quedando en una nebulosa la respuesta a las indagatorias.

Luego vino el silencio y en concreto no fue posible conocer si esta o no esta bajo investigación en los Estados Unidos el tambien odontologo dominicano. Pero de ambas comparecencia si quedó claro que el senador Willians tenía asuntos pendientes con los organismos fiscales norteamericanos.

Ahora viene el segundo escándalo en que se ha visto envuelto el legislador cuando cuatro periodistas, reconocidas todas, en pleno ejercicio y por lo menos dos de ellas ejecutivas de diarios, quienes han confesado públicamente haber sido visitadas por varios sujetos, armados, quienes se identificaron como agentes del Federal Buereau of Investigation de los Estados Unidos, FBI, para inquirir sobre la denuncia de fraude hechas contra el senador Alejandro Willians culminando las visitas en cada caso en amenzas abiertas y solpadas a las comunicadoras.

De ninguna manera pueden, ni el Senado de la República ni el Comite Politico del Partido de la Liberacion Dominicana, dejar pasar por alto el bochornoso comportamiento de uno de sus miembros, por demás representante de una parte de la población dominicana.

Se impone una investigación, que resulte esta vez en una toma de posición frente al caso y una debida reparación por parte de ambos organismos a las profesionales de la comunicación afectadas por un comportamiento asaz desalmado.

Desde aquí nuestro respaldo a Margarita Cordero, María Isabel Soldevilla, Mayra la Paz y Norma Shepard,y nuestro estímulo a que continúen con su labor de abonar con sus indagatorias, el fortalecimiento espiritual de la nación.