Una de las telenovelas más exitosas de todos los tiempos, con un rating de más del 50 por ciento, aterrizó en el Teatro de Bellas Artes de Bogotá. Los actores de esa época aceptaron interpretar estos personajes de doble filo, que les dieron fama

Proyecto de Yo soy Betty, la fea ahora en el teatro

Publicada el: 20 de Abril del 2017, 11:21:52 am

El personaje de Betty pasó a la posteridad gracias al capul, los lentes de aumento y los brackets. Varios países hicieron un remake de esta telenovela
Santo Domingo, RD.- El proyecto de Yo soy Betty, la fea en el teatro nació cuando algunos de los actores que participaron en la exitosa telenovela de 1999 se dieron cuenta de que a pesar del tiempo, aún estaban encasillados por la demoledora fama de sus personajes.



En estos 18 años, Ana María Orozco, la protagonista, concedió decenas de entrevistas en las que le preguntaron una y otra vez por aquella secretaria de risa caricaturesca, cejas pobladas y pésimo gusto para combinar las prendas de vestir.



Cuando le salió la propuesta teatral, Orozco vivía entre Perú y Argentina, en una especie de exilio voluntario, siempre perseguida por la sombra de la antidiva que creó de la mano del libretista Fernando Gaitán. “Betty me dio cosas buenas, pero en ese momento no estaba preparada para enfrentar tanta popularidad”, decía una y otra vez en los medios de comunicación del mundo entero, con la convicción de que no quería meterse otra vez en la piel de su exitoso personaje.



La versión en las tablas arrancó casi con el mismo elenco, exceptuando a Mario Duarte, que encarnó al mejor amigo de Betty; Dora Cadavid, como la comprensiva Inesita; y Ricardo Vélez, el tumbalocas de Ecomoda, Mario Calderón.



Gaitán, quien asumió la construcción de la historia, aceptó el trasteo de Betty a las tablas con la condición de que Natalia Ramírez, en el papel de la novia contenida de don Armando, reuniera “a todos los micos que participaron en la telenovela”. La idea surgió durante una reunión en la casa del libretista, precisamente en un agasajo de los artistas de la telenovela a Ana María, quien acababa de regresar al país. Gaitán empezó a escribir la historia mucho después, cuando los actores ya tenían el contrato en la mano para participar en el teatro.



“La Betty de ahora no es un resumen de la novela. Digamos que es un capítulo que nunca salió al aire. Trabajé con mucha presión, pero por fortuna tenía fresco el parlamento y esencia de cada personaje”, aseguró el creador. Por su lado, el realizador Mario Ribero dijo: “Listo, yo dirijo”, en el momento más gris de su vida, en pleno duelo por la muerte prematura de su esposa, la periodista Nefer Cañón.



Y la respuesta del público que le ha visto en Bellas Artes ha sido inesperada. Cada vez que aparece uno de los personajes aplauden sin control y deben detener la obra hasta que termina la efusividad. “La noche del estreno todos lloramos. Otros días tuvimos que contener las lágrimas. Ha pasado mucho tiempo y la gente todavía nos recuerda”, afirmó el creador de la historia.



Después de don Armando, el célebre Jorge Enrique Abello participó en ocho telenovelas como La costeña y el cachaco. Siempre ha sido consciente del éxito arrollador de Yo soy Betty, la fea. El personaje protagónico de don Armando despertó odios ante las continuas infidelidades, la incapacidad para manejar la empresa familiar y los gritos para ejercer la autoridad en Ecomoda. Foto: Cortesía Canal RCN.



El éxito de la adaptación teatral de Betty, la fea llegó a oídos de los empresarios de otros lados del mundo, tanto que dentro de poco comenzará la gira internacional. Se cree que arrancará en Argentina y luego en otros países que realizaron el remake de la producción colombiana.



Después de 18 años el elenco se volvió a reunir. Lorna Cepeda, la peliteñida, se reencontró con Ana María Orozco tras una década y media sin comunicación. A su vez Ana María volvió a actuar con su exesposo Julián Arango, quien después de Hugo Lombardi logró exitosas interpretaciones en narconovelas como El cartel de los sapos.



Desde la emisión del primer capítulo ha corrido mucha agua por el río, pero a los actores no se les nota el paso del tiempo como lo han dicho los centenares de espectadores que siguen a Betty en las tablas de Bogotá.



Aquí el antes y el después de los personajes de Yo soy Betty, la fea.



 

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